Este viernes 26 de octubre, a los 93 años falleció Ana González de Recabarren, una de las luchadoras históricas por los derechos humanos en dictadura y en democracia en Chile. Dos de sus hijos, Luis Emilio (29) y Manuel «Mañungo» Guillermo Recabarren (22), y la esposa del primero, Nalvia Rosa Mena Alvarado (20), embarazada, fueron detenidos y desaparecidos por la DINA el 29 de abril de 1976, militantes del Partido Comunista. Solo su nieto Luis Emilio «Porotito», de entonces dos años, fue dejado con vida cerca de su casa, ese día. Al día siguiente, el 30 de abril, su marido Manuel (50 años), salió a buscar a sus hijos y a su nuera, y también fue detenido y desaparecido. Según algunos testimonios, se le vio en el centro de detención Villa Grimaldi.
En dictadura, participó de una huelga de hambre en la CEPAL y fue representante de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos en las Naciones Unidas, la OEA y Amnistía Internacional, entre otros organismos.
"Los partidos populares han perdido, pero siempre habrá gente comprometida y con nuevas maneras de lucha, aunando gente; no hay que olvidar que los partidos de la burguesía nunca van a ser de izquierda", afirmó Ana en una entrevista antes de partir.
En 2011 en The Clinic, señaló que la búsqueda de verdad y justicia aún está pendiente y que "depende de nosotros, de las víctimas, los familiares, empujar el carro, seguir haciendo acciones, hacer conciencia. Cuando hacíamos huelgas y encadenamientos era para hacer conciencia de lo que pasaba en Chile, y también estábamos poniendo la semilla para derrocar a Pinochet y volver a la democracia".
"Cuando salieron los primeros pingüinos yo creo que la alegría fue general en Chile. Cuando uno ve luchar a la juventud sabe, intuye, que vienen tiempos mejores", comentó en dicha entrevista.
Su exigencia de verdad y justicia sigue siendo una deuda pendiente del Estado y la sociedad chilena.