Alondra Carrillo es psicóloga, tiene 27 años y hoy es la vocera de la Coordinadora Feminista 8 de marzo.. Su entusiasmo es notorio a la hora de verla en diversas actividades como vocera, apoyando a organizaciones sociales, migrantes, indígenas y sindicales, siempre dejando en claro que habla por una organización más grande y diversa, de cientos de mujeres.
Tras un exitoso 2018, con la realización de la protesta del 1 de junio y un encuentro feminista de dos días en diciembre pasado, la Coordinadora está convocando diversas manifestaciones, encuentros y conversatorios en torno a las demandas feministas y anticapitalistas, que deberían decantar este próximo 8 de marzo.
¿Cual es la historia de la Coordinadora 8 de marzo? ¿Cómo llegaste a ser la vocera de la organización?
La Coordinadora no existe hace mucho. Lo que se ha dado a lo largo de los años son instancias de coordinación de la marcha del 8 de marzo, pero la Coordinadora Feminista 8 de marzo comienza a existir en 2018, luego de organizar la marcha a través de asambleas y grupos de trabajo, que levantaron la consigna "mujeres trabajadoras en contra de la precarización de la vida", que definimos como un deterioro continuo de las condiciones de vida y laborales de las y los trabajadores . En ese primer ejercicio comenzamos a conversar sobre adherir a un paro internacional de mujeres. Nos propusimos levantar las condiciones de posibilidad para realizar esa huelga y ahí decidimos seguir existiendo como Coordinadora Feminista 8 de Marzo.
Uno de esos objetivos es transversalizar la perspectiva feminista en las organizaciones sociales; dinamizar las articulaciones entre diversas organizaciones sociales dentro de la coordinadora; y levantar una agenda común en contra de la precarización de la vida. El 1 de junio llamamos a una jornada nacional de protesta para levantar una cuenta pública propia, feminista y popular [en respuesta a la Cuenta pública anual del Presidente]. Y ahí yo aparecí en el espacio como vocera.
¿Cómo evaluaron la protesta del 1 de junio?
Convocamos a una asamblea, previo a eso, en [la Facultad de] derecho, y llegaron 200 mujeres, y la pregunta era qué hacer ahora, para mostrar que lo que estaban tratando de decir los medios, que el movimiento feminista era de una élite, no era cierto porque la Coordinadora tiene mujeres pobladoras, sindicalistas, mujeres que se organizan en su territorio. Es muy diversa. Estuvimos pensando cómo hacerlo y decidimos hacer algo el día de la cuenta pública de Sebastián Piñera el 1 de junio. Hicimos un llamado para levantar una jornada de protesta y que a la vez nos permitiera ensayar lo que queremos hacer el 8 de marzo en la huelga general feminista. Y al llamado respondieron muchos territorios, que se movilizaron de muchas maneras, desde Punta arenas, Isla de pascua, etc. Y lo que se hizo fue salir a las calles, asambleas, concentraciones territoriales a lo largo del día, una marcha en Valparaíso, concentraciones y cacerolazos y en las plazas hicimos nuestra propia cuenta pública, que era una respuesta a la "agenda mujer" y la cuenta pública de Piñera.
A diferencia de lo que planteaba Piñera, las mujeres ya teníamos nuestra propia agenda, que involucra una multiplicidad de cuestiones, que no se podía acotar a las políticas de maternidad y a la victimización , que tanto este gobierno como los precedentes han tratado de mostrar, que para ellos esos son los problemas de las mujeres. Nosotras intentamos mostrar que nuestras demandas son demandas por transformar nuestras vidas. Porque la vida de las mujeres se ha convertido en un problema político. Por ejemplo, no solo pagamos más en las Isapres; el problema de fondo es que nuestra salud es un negocio y que toda nuestra vida está precarizada.
Evaluamos bien la jornada del 1 de junio porque fue un momento de politización del movimiento feminista, abrir nuestra agenda de una manera transversal, relevar la vida que llevamos, y con eso, se derrumba el mito de que tenemos condiciones privilegiadas. Pero nuestro límite es el cerco mediático, queremos ocupar los espacios para hablarle a la mayoría de las mujeres, que vean que hay una alternativa, no están solas.
En ese sentido, ¿la coordinadora feminista 8 de marzo tiene una postura anticapitalista?
Sí, somos anticapitalistas. En el fondo es mostrar, a través de las luchas de las mujeres, cómo las respuestas de este gobierno y de los precedentes han intentado acotar nuestras problemáticas y con ello no han podido dar respuesta a lo que demandamos, porque eso implica oponerse a quienes administran las miserias de las mayorías.
Más allá de la estigmatización mediática del movimiento feminista, uno ve que en Chile este aún no ha llegado a los sectores populares con la fuerza que ha llegado a las estudiantes. Como feministas, ¿hay que cambiar el modo de hablarle a los sectores populares?
Sí, yo creo que el énfasis está en hablar de nuestras vidas. Igual es complejo, porque hablar de nuestras vidas es mostrar que nuestras vidas son distintas. La idea es que esas voces sean las que tomen la palabra en este proceso y las que puedan decir por qué se van a huelga ese día y cómo lo van a hacer.
¿Cómo fue el Encuentro de Mujeres que Luchan realizado en diciembre?
El Encuentro lo decidimos en marzo para construir un programa que defender el próximo 8 de marzo. Y ahí hablamos también de la huelga, cómo la podríamos desplegar. El encuentro fue el 8 y 9 de diciembre, asistieron 1300 mujeres de todo el país. Fueron más de 200 organizaciones sociales. En términos generales, el encuentro fue un éxito. Primero, por la experiencia que significó, fue una experiencia histórica.
Además fue un encuentro muy diverso en las actividades que tuvo, hubo talleres, hubo stands y espacios de discusión. A partir de estos debates, definimos ejes de las actuales condiciones de precarización y violencia, y en función de eso, nuestras demandas transversales y nuestras acciones para levantar esta huelga.
El segundo día nos juntamos en función de la pregunta "¿dónde voy a estar yo el 8 de marzo?", que define cómo se va a manifestar desde el trabajo formal, territorio, espacio de estudio, trabajo informal. El encuentro cerró con el concierto de la Orquesta sinfónica de mujeres, fue una estancia maravillosa, con más de 100 mujeres tocando versiones feministas de clásicos de nuestro repertorio nacional. Salimos todas con el ánimo encendido para sacar adelante este proceso.
¿ Y cómo se están preparando para la huelga del próximo 8 de marzo?
Nosotras esperamos que sea una huelga general, que sea capaz de interrumpir todos los espacios donde se trabaja en Chile. Por ejemplo, las demandas salidas del Encuentro de mujeres que luchan hablan de eso, como la demanda por un sistema de pensiones de reparto solidario y un sistema de seguridad social integral; y la creación de un sistema de cuidados feminista, comunitario y plurisocial.
Para esto, hemos llamado a dos maneras de trabajar hasta el 8 de marzo. Una manera son los comité de huelga, mujeres interesadas en levantar la huelga están tomando tareas concretas en territorios específicos. Ya tenemos varios comité de huelga, en Valparaíso, Arica,Punta arenas, etc. Y la otra pega es la de las brigadas feministas, que durante todo el verano van a a tener tareas. Algunas son brigadas muralistas, que llevan mensajes de la huelga a través de intervenciones murales. Las brigadas de programa van a mostrar el programa en sus comunidades y compartirlo. Además, vamos a organizar "el verano feminista", que consiste en que todos los sábados del verano antes de la huelga del 8 de marzo se va a hacer una actividad y un conversatorio. Todo lo hemos sintetizado en siete verbos: a parar, a protestar, a boicotear, a interrumpir, a ocupar espacios, a organizarse y a encontrarse.
¿Cómo podrían participar en la huelga del 8 de marzo las organizaciones sociales como Londres 38 ?
La idea del proceso es que ojalá todos los sectores organizados puedan hacerse parte de este llamado a la huelga. Por ejemplo, Londres 38 trabaja con un horizonte de la lucha de una memoria combativa. Y uno de los ejes de esta huelga es la lucha por la memoria, contra la impunidad y el negacionismo. Y ahí Londres 38 tiene capacidad de trabajo y la responsabilidad de conocer la interpelación feminista a la memoria y visibilizar las orientaciones programáticas que salieron del Encuentro feminista.
También las organizaciones sociales se pueden hacer parte de los comité de huelga y poner sus recursos para hacer eco de este llamado a huelga.
¿Y cómo ven esta relación entre memoria y feminismo?
La memoria fue uno de los ejes del Encuentro Plurinacional de Mujeres que Luchan y es uno de los marcos de demanda de la huelga del próximo 8 de marzo. Las demandas que se levantan en torno a esto es la construcción de una memoria feminista, antiracista, antipatriarcal, anticolonial y anticapitalista, como una herramienta para las luchas y resistencias. También la denuncia a la justicia patriarcal en los casos de violaciones de derechos humanos, y visibilizar la concepción de derechos humanos de manera más amplia.
En septiembre nosotras levantamos un "Septiembre de Memorias de Rebeldías Feministas" en conjunto con las compañeras del colectivo de mujeres sobrevivientes siempre resistentes. En este trabajo, nuestra intención era recuperar las historias de resistencia de las mujeres, como herramienta para enriquecer la memoria del presente y la de futuro, que nos permita recuperar las herramientas de transformación por las cuales las compañeras estuvieron dispuestas a combatir. Una visión contraria a la memoria nostálgica y de la muerte, que reconocemos en la política de la posdictadura.