Por Tomás García Álvarez
Fue en 2016 cuando la escalada de femicidios en Chile y Latinoamérica movilizó masivamente a las mujeres como no se había visto en años. "Por las que ya no están", se leyó en las pancartas que recorrieron el centro de Santiago. Era la primera marcha #NiUnaMenos que congregó a cerca de 80 mil personas, ese 19 de octubre cuando la primavera iba en avanzada. Marcharon, rayaron, intervinieron y acusaron a pecho descubierto al "patriarcado y el capitalismo" como una "alianza criminal".
Desde ahí hacia adelante todo se trató de organización. Varios meses después, habiendo vivido un nuevo 8 de marzo en 2018 bajo la consigna "Mujeres trabajadoras contra la precarización de la vida", las feministas agrupadas en la Coordinadora Feminista 8 de marzo (CF8M) realizaron un balance de la movilización y se propusieron que un año más tarde, en la misma fecha, una huelga general de mujeres debía paralizar al país.
"Cuando realizábamos nuestro balance nos enteramos del llamado a levantar un paro internacional de mujeres, y lo discutimos en asamblea. Dado que aquí parar no es un derecho, creíamos que era muy difícil llamar a paralizar con poco tiempo de anticipación, y si es que queríamos hacerlo teníamos que darnos tiempo", cuenta Alondra Carrillo, vocera de la Coordinadora.
Claudia Marchant, integrante de Londres 38, escuchó por primera vez de este llamado en junio del año pasado, en medio de la "Ola feminista" que se tomó las universidades. "Estuvimos reunidas en la escuela de Derecho de la Universidad de Chile y ahí fue cuando se propuso hacer una huelga general. Todas nos miramos como queriendo decir que era muy difícil. Me dije que registraba ese momento como algo histórico, que si se lograba armar algo iba a ser espectacular", recuerda Marchant.
En diciembre, Londres 38 participó en el "Encuentro Plurinacional de Mujeres que Luchan que reunió a más de mil mujeres. Así comenzó una extensiva articulación a través de encuentros, asambleas y actividades, en las que Londres 38 fue participando de distintas maneras, que se expresó finalmente en las calles el pasado 8 de marzo y que obligó al gobierno de Sebastián Piñera a intentar encarrilarse en una movilización de la que nunca se sintió parte.
Una mirada hacia dentro
Si bien la intención del gobierno fue distanciarse de la convocatoria en voz de Isabel Plá, una de las ministras mejor evaluadas del gabinete, según algunas encuestas, lo cierto es que dio "un pase gol", como lo define Alondra Carrillo, a la movilización. En los días siguientes, iniciado el "súper lunes" con la acción de renombrar 46 estaciones de metro con nombres de mujeres y con stand informativos en los que también participó Londres 38, los medios cubrieron las actividades y las voceras de la Coordinadora 8M aparecieron hablando en noticieros y programas de radio y televisión. Se sabía, entonces, que ese viernes 8 una huelga de mujeres pretendía paralizar el país.
Más allá de la "jugada" a favor de la convocatoria, la Coordinadora tuvo la posibilidad de distanciarse del gobierno, pero por sobre todo, hablarle a la población sobre sus demandas y programa en contraste con la tónica, que según dicen, han asumido las políticas de Estado. "Nuestra situación como mujeres en Chile es abordada desde dos puntos de vista: considerándonos como víctimas, y por otra parte, abordándonos como madres. Lo que quedaba fuera de eso, de esas dos posiciones, era nuestra vida y la forma en que nuestra vida está atravesada por condiciones sociales", afirma Carrillo.
El programa, dividido en diez ejes y que concentran las demandas feministas, están cruzadas por un elemento común que la CF8M define como esencial para entender la realidad que viven las mujeres en el país: la precarización de la vida. Hacer visible cada una de esas exigencias requirió conformar diversos comités y brigadas, uno de ellos fue el de Memoria Feminista y Derechos Humanos.
Beatriz Bataszew, miembro del colectivo "Mujeres Sobrevivientes, Siempre Resistentes", es una de las participantes de dicho comité. La activista feminista conversó con Londres 38, y entre muchas otras, respondió a la pregunta ¿Cómo se vinculan los derechos humanos y la "precarización de la vida"? Con la intensidad que la caracteriza, deja en claro que la relación es directa.
"Llevamos una vida precaria no solo porque somos las más golpeadas, las más asesinadas, las que tenemos menos sueldo, sino que también porque este sistema nos deja permanentemente en una situación de dominación y explotación porque no toma en cuenta todo el trabajo reproductivo que realizamos las mujeres, a través de todo el curso de nuestra vida", sentencia Bataszew.
Menciona la situación de contaminación en Quintero y Puchuncaví, el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, la violencia hacia el pueblo mapuche, y así condensa un listado de situaciones que la hacen dar cuenta que la pregunta parece redundante. "La violación de los derechos humanos la hacen los Estados en alianza con el empresariado. Es la violación de la dignidad de las personas", enfatiza Beatriz.
Fue en septiembre de 2018, cuando la Coordinadora 8 de Marzo se planteó conmemorar a las mujeres que lucharon contra la dictadura y fueron víctimas de ella, pero desde otro punto de vista. "Memorias feministas y rebeldes" fue el nombre de las distintas actividades que recordaron las luchas y proyectos políticos asumidos por diversas mujeres. Las feministas buscaban dar un giro. No recordar desde el "llanto y el dolor", dice Beatriz, sino que desde "la resistencia y el vínculo con las luchas actuales".
Estas y otras actividades fueron un semillero que brotó visiblemente antes y durante la huelga general. A través de la vinculación con el Comité feminista Santiago centro de la Coordinadora, Londres 38 canalizó sus esfuerzos para sumarse a la jornada y hacer sentido desde la memoria y la lucha por los derechos humanos. Sin embargo, ya existía una vinculación previa que luego se concretó más enérgicamente en el "Encuentro Plurinacional de Mujeres que Luchan" realizado en Santiago, en el que participaron varias integrantes de Londres 38.
Para el 8 de marzo de este año, la suerte ya estaba echada. Y el espacio de memorias no quiso quedar fuera. "Sintonizamos con el trabajo de las demás compañeras, y pensamos en hacer algo que tuviera que ver con la calle, ocupar el espacio público. Así, se nos ocurrió hacer una actividad con música, fotografías, con un micrófono abierto, donde pudimos reivindicar las luchas de mujeres que son víctimas y protagonistas del sitio de memorias", cuenta Leslie Araneda, encargada de Archivos de Londres 38.
A tempranas horas de la mañana del 8 de marzo, mientras las icónicas estatuas de Santiago, vestidas con pañuelos verdes tomaban el sol, Londres 38 abrió sus puertas y sacó las imágenes de las catorce mujeres que desde este lugar fueron detenidas y desaparecidas, ejecutadas o muertas a consecuencia de las torturas. Por horas estuvieron en la calle con sus nombres, para recordarlas, "de alguna manera para darle un significado a esos rostros desde su lucha, para hacer un vínculo entre el pasado y el presente", comenta Leslie.
Durante la manifestación, que reunió a más de 400 mil personas solo en Santiago, los rostros de las protagonistas y víctimas de Londres 38 acompañaron a las miles de mujeres que hoy toman las demandas que ellas llevaron, aquellas que aunque pase el tiempo no pierden vigencia. "Además de reivindicar sus luchas, veo que dentro de las demandas de Londres 38 lo que más nos toca es la impunidad. La impunidad que afecta la violencia doméstica, la violencia en los distintos espacios, el maltrato. Todos los abusos que viven las mujeres van quedando impunes", enfatiza Leslie.
"Un paso al frente para no volver a la segunda fila"
El 30 de marzo las feministas volvieron a reunirse para reflexionar y evaluar la huelga general. Lo han seguido haciendo en comités y brigadas, pero ese sábado era para ver cómo seguir después de todo lo realizado. Discutieron largamente sobre el éxito de la movilización, también sobre las tareas que deberán asumir cada uno de los grupos que dan vida a la coordinadora. Uno de los objetivos centrales, cuentan, es consolidar la difusión del programa.
"Tenemos que bajarlo a las organizaciones comunitarias, a las escuelas populares en los territorios, a la población en general y para eso se está pensando hacer plazas feministas en las comunas, que encaminen un trabajo que permitirá convocar a un encuentro territorial a mediados de año. Es lo que se ha propuesto el Comité feminista de Santiago centro donde Londres 38 seguirá participando", comenta Claudia Marchant, integrante del espacio de memorias.
Sobre estrechar relaciones con el movimiento feminista, Marchant enfatiza que "para Londres 38 es muy importante estar vinculado con otros, porque esos otros nos retroalimentan y nos permiten ver y detectar si efectivamente logramos permear nuestro discurso en sectores movilizados, que llevan una misma lucha pero en distintos frentes".
Por otra parte, las feministas apuestan a desarrollar un nuevo "Encuentro Plurinacional de Mujeres que Luchan" y un encuentro internacional en el marco de la cumbre APEC que reunirá a distintos mandatarios de Asia y el Pacífico, el 16 y 17 de noviembre en Chile. Uno de los temas a abordar en dicha cita será "Crecimiento sustentable y Mujer", temática que interpela y moviliza a las mujeres organizadas.
"Desde el principio nos hemos planteado como una fuerza de oposición a este tipo de políticas e instancias que vienen a profundizar el sistema capitalista en América Latina. Como feministas, mujeres luchadoras, estamos trabajando dentro de nuestra agenda de lucha acciones para enfrentar la cumbre APEC", sentencia Daniela Sáez, vocera territorial de la CF8M.
A un mes de la huelga general, las feministas estrechan lazos y cimentan posiciones que las ubican como actoras potentes dentro del ámbito político nacional. La jornada histórica del 8 de marzo pasado puede ser vista como una "advertencia", un llamado de atención de una fuerza que dejó de tocar las puertas y "pedir permiso". Como un viento indomable que echa atrás las ventanas, las mujeres están convencidas de que han dado "un paso al frente" y que a la segunda fila no vuelven más.