Pedro BlasetLa crítica dura que en la actualidad expresa, le costó en 1973 ser encarcelado por traicionar a las fuerzas que derrocaron a Salvador Allende. Al igual que él, otros hombres hicieron lo mismo. Fue junto a ellos que levantó hace algunos años la Agrupación Marinos Antigolpistas que bregan por problematizar la idea de Democracia y Fuerzas Armadas en el Chile contemporáneo. En conversación con Londres 38, el ex marino ahonda también sobre la corrupción y cuenta su propia experiencia al interior de la Marina, meses antes del golpe de Estado: "los oficiales te pillaban y te decían 'esto no da para más'", recuerda.
En el libro "Los que dijeron NO" (LOM, 2008), queda en evidencia cómo algunos oficiales y suboficiales iniciaron una conspiración mucho antes de que Salvador Allende fuera derrocado ¿Cómo fueron los meses previos al golpe de Estado?
El año 70, inclusive antes, Estados Unidos, a través de la Escuela de las Américas, había impulsado toda una formación en la perspectiva de dar un golpe de Estado. En los buques se manifestaba toda la sedición de los oficiales, jóvenes principalmente, que venían con todo un aparataje ideológico. Entonces, llegaban instigando: "mira falta esto, falta lo otro" "hay que terminar con los upelientos". Para el tanquetazo (29 de junio de 1973) recuerdo que los oficiales nos llamaron y dijeron " la próxima vez no vamos a fallar". Sabían perfectamente lo que se venía.
La forma de actuar de las Fuerzas Armadas está directamente ligada con la doctrina que los rige, pero incluso antes del golpe de Estado donde existía una visión constitucionalista, aunque minoritaria, hubo muchos, tal como usted relata, que hicieron oídos sordos y se desmarcan de ella ¿cómo se logra que una doctrina tenga coherencia con el contexto histórico y rija realmente a las FF.AA?
El Estado es quien debe designar esa doctrina con un fuerte compromiso con la soberanía nacional, que reside en el pueblo. Porque hoy -según la Constitución- reside en la nación, pero ¿qué es la nación? Es un ente abstracto. Una Constitución espuria, antidemocrática, que termina siendo la norma madre de todas las leyes en Chile. La Constitución a su vez tiene otro compromiso que está relacionado con un modelo económico. Y las Fuerzas Armadas, históricamente, han estado comprometidas con los poderes económicos. Salvo con algunas excepciones, como lo fue Marmaduke Grove.
¿Considera que hay una tradición, que va desde el golpe de Estado hasta hoy, en las Fuerzas Armadas?
Claro. ¿Cuáles son los pilares que sostienen a las FF.AA? ¿Cuál es la malla curricular que los forma? ¿Cuál es la selección de las escuelas de oficiales?. Ellos podrán decir que llega el que quiera, pero no. ¿Quiénes van para arriba? todos los que llegan ahí tienen la estrella en la frente porque son hijos de... O sea, el nepotismo más exacerbado. Generales del Ejército, Almirantes, todos para abajo con los mismos apellidos.
Antes de iniciar esta conversación usted hablaba de "la familia militar", ¿tiene que ver con eso?
Justamente. Esa tradición le pertenece a ellos, donde la torta se la reparten entre ellos. Hace un año atrás salieron con el tema de acudir al Tribunal Constitucional con el fin de trasladar los juicios en relación a los derechos humanos del sistema penal antiguo al nuevo sistema procesal penal. Aberración jurídica, y todos alineados. Inclusive hicieron reuniones aquí en Santiago. Son los mismos que apoyan a Kast (José Antonio). Detrás de él está la familia militar que se reúne, conspira y actúa como un partido político.
¿Se expresan públicamente esas conversaciones?
Pero si han tenido expresiones públicas, de hecho hace algunos años estaban llamando a marchar en defensa de todos los que están presos en Punta Peuco. Como no han podido lograr a través de los tribunales, han tenido que crear una herramienta política: Partido Republicano. Y ese es Kast, la ultraderecha, el pinochetismo. Entonces, si no tienes cambios en las mallas curriculares, en la formación, ya tienes la pata coja.
Sobre el rol, uno que al parecer es difuso, algunos creen que tener a las FF.AA en territorio mapuche es una buena forma para resolver el conflicto ¿qué opinión tiene sobre esto?
Es que eso viola todos los tratados internacionales de derechos humanos. No hay dobles estándares en ese sentido. Son los derechos humanos los que deben orientar todas las políticas del Estado, de los gobiernos, o sea eso no tiene ninguna razón de ser. Son discursos populistas para darle una respuesta a los dueños del capital que están ávidos de sangre. Si los mapuche están recuperando sus tierras y legítimamente están dando la pelea es porque el Estado chileno no les reconoce lo que les usurpó.
¿Cuál es realmente el rol hoy de las Fuerzas Armadas?
El Estado tiene que definirlo, y yo creo que lo más correcto es que se apegue al sistema democrático. Resguardar la democracia, y para eso tienen que ser garantes y no sustentadores de un determinado modelo, como lo dice la Constitución política de la República. Aquí el Estado es subsidiario, y eso lo establece la Constitución que ellos mismos escribieron. Deberían estar preocupados de darles también un rol de formación científica tecnológica. Muchos jóvenes, así como entran a una escuela industrial, podrían aprender una técnica, adoptar una formación militar.
¿Cómo se logra eso si es que no existe una concepción, un proyecto de país, que involucre a las FF.AA?
Es que, claro, las definiciones más esenciales debería darlas la Constitución política. Ahora en la clase política en general hay un temor reverencial a las Fuerzas Armadas a la hora de tomar esas definiciones. Si buscas en google reformas al código militar te va a salir una serie de iniciativas impulsadas por ciertos políticos, pero también te salen cosas aberrantes como, por ejemplo, que algunos políticos conversan con el Comandante en Jefe del Ejército y que "él estaría de acuerdo" en reformar el código de justicia militar. ¿Y por qué tiene que estar de acuerdo el Comandante en Jefe?
Parecieran tener un poder que no se subordina al Estado...
¡Son un poder fáctico! y ¿quién se los da? nosotros mismos. Estamos castrados mentalmente respecto de ese tema. Si culturalmente todos los sectores políticos tienen esa visión, obviamente que nadie se va a meter con ellos. O sea, de todo eso viene la corrupción al interior de las instituciones armadas. La viga central es la corrupción.
Ese es otro gran tema: la corrupción ¿De dónde viene esa cultura? y ¿Cómo se combate?
Pinochet. Él promovió el tráfico de armas con descontrol absoluto. El modelo económico neoliberal es un modelo que tiene en su ADN el tema de la corrupción porque cuando a ti te obliga competir, te obliga hacer pedazos al que tienes al lado, te obliga a subir y a ganar más. Y el argumento sigue siendo "es que esto siempre se ha hecho". Además, ¿dónde están los valores éticos y morales del militar? ¿dónde está la formación? Ellos tienen el monopolio de las armas y por ello tienen una doble responsabilidad.
¿Cómo ve la relación entre democracia y Fuerzas Armadas?
Es una relación contradictoria precisamente por el rol histórico y porque hoy día las Fuerzas Armadas no se ajustan a un sistema realmente democrático. ¿Qué sentido hay que en este país, con 15 millones de habitantes, tengamos Fuerzas Armadas? ¡Si en cien años nunca han ido a una guerra! Cien generales, almirantes y no sé qué. La sangría que le significa a Chile el sistema previsional de las Fuerzas Armadas es gigante. El Estado tiene que inyectar todo los años dos mil millones de dólares porque si no está quebrado.
Actualmente, se está debatiendo en el congreso sobre la Ley reservada del cobre. La cámara de Diputados y Diputadas ya aprobó su derogación ¿Cómo ve la eliminación de este "pie forzado" que arrastra hace años Codelco?
Desde el momento en que los presupuestos se van a tener que discutir ampliamente en el Parlamento, que van a depender del Ministerio de Hacienda donde tendrán que haber proyectos, yo creo que algo más de control se podrá hacer. Porque lo que hay hasta ahora es una caja negra, nadie sabía lo que pasaba con esa plata y ni siquiera tienen el deber de justificar frente a la Contraloría de la República. O sea, en qué país estamos viviendo si seguimos permitiendo eso.