Captura onlinepor José Ignacio Vásquez
La Comisión de Derechos Humanos de la Convención Constitucional recibió a Londres 38, espacio de memorias, para exponer su mirada sobre la impunidad, en el marco de las audiencias públicas. "Para una Constitución sin impunidad" fue la presentación que convoca a las y los convencionales a un compromiso en la nueva constitución por la verdad y la justicia de los crímenes del pasado y del presente, y redactar una carta fundamental basada en el respeto a los Derechos Humanos.
Las directoras de Londres 38, Érika Hennings y Gloria Elgueta, más el abogado de la organización Sebastián Velásquez, presentaron las propuestas y demandas que levanta este espacio de memorias para la Nueva Constitución que este órgano tiene como tarea redactar desde el 18 de octubre.
El planteamiento realizado, destaca la continuidad de los crímenes del Estado tanto en la dictadura como en el tiempo presente, como también la histórica impunidad que "se ha construido sobre múltiples voluntades, prácticas y acciones políticas, complicidades y obstrucciones" señaló Érika Hennings. Las demandas siguen vigentes tras décadas de lentos avances y reiterados atropellos a víctimas, familiares y defensores de derechos humanos quienes están detrás de los procesos judiciales.
Propuestas de Londres 38 para la Nueva Constitución
"La Convención tiene hoy la oportunidad histórica de acoger estas demandas y dar una respuesta constitucional. Para ello, es necesario realizar un examen crítico del fallido proceso de transición a la democracia en materia de Derechos Humanos" señaló Gloria Elgueta.
Las principales propuestas levantadas desde este espacio de memorias para la Nueva Constitución, son las siguientes:
Una nueva narrativa del preámbulo de la Constitución Política que escriben en la Convención Constitucional y que contribuya a la verdad histórica sobre este periodo, contextualizar y visibilizar el vínculo del terrorismo de Estado con el actual modelo económico y político que impusieron en dictadura, además de las continuas vulneraciones que provoca a derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.
Para un correlato concreto, se vuelve necesaria la dictación de normas para el cumplimiento de las deudas en materia de verdad, justicia y reparación. En este punto de la presentación, Gloria Elgueta señala que "no basta con recuentos críticos y meas culpas, que no son seguidos de acciones y medidas correctivas", puntualizando que "se requieren normas y definiciones políticas".
Bajo esta perspectiva, instan a las y los convencionales constituyentes a redactar una Nueva Constitución, con una concepción tal en la que: "comprendamos los derechos humanos como integrales, interdependientes e indivisibles", resaltaron en su ponencia.
Londres 38, espacio de memorias, propone además que la conceptualización del Estado sea vinculada con los compromisos y garantías que deben respetar y, asimismo, adquirir una identidad conforme a las luchas sociales que apoyamos. Proponemos que "el Estado debe constituirse como garante de derechos, antipatriarcal, plurinacional, antirracista y antiimperialista, entendido esto último, como el derecho de los pueblos a gobernarse de forma autónoma".
Una deuda histórica: El obstruido camino para la verdad y la justicia
El trazado histórico desde el "retorno a la democracia" demostró las cuotas de olvido e impunidad que marcaron la lucha por verdad, justicia y reparación. Fueron 30 años que, revisados en un balance de Londres 38, hay lentos avances, retrocesos y continuidad de los abusos y violaciones sistemáticas a los derechos humanos.
Según los datos del Centro de derechos humanos de la UDP, referido en anteriores publicaciones, apenas un 23,2% de las causas sobre personas desaparecidas y ejecutadas en la dictadura, resultaron con una sentencia definitiva. Con este ritmo "necesitaríamos más de 90 años para la justicia", denunció Érika Hennings.
Por esta razón, enunciaron una serie de garantías efectivas para no repetir el terrorismo de Estado y la sistemática violación a los derechos humanos en el presente. Entre las propuestas, destacan las siguientes:
- El establecimiento de formas eficaces de amparo y protección de las personas ante los abusos y violaciones a los derechos humanos.
- La reforma y fortalecimiento de las instituciones de protección de los derechos humanos y creación de otras como el defensor del pueblo.
- Promoción de una cultura de derechos humanos de todos los estamentos públicos y privados.
- La eliminación de la atribución presidencial de otorgamiento del indulto.
- La subordinación efectiva de las Fuerzas Armadas y policiales al poder civil.
- La revisión y reestructuración de todas las instituciones que cumplen funciones relacionadas, incluidas el sistema de inteligencia del Estado.
- La redefinición de los procedimientos de selección de los miembros del Poder Judicial, en lo que se asegure la participación de la sociedad civil, el escrutinio público y la rendición de cuentas de jueces y juezas.
- La redefinición del Tribunal Constitucional y sus funciones.
Desde Londres 38, espacio de memorias, convocaron a las y los convencionales para que la Nueva Constitución que actualmente redactan, respecto del Estado, permita cumplir su obligación ineludible de investigar, establecer la verdad y hacer justicia respecto de los crímenes cometidos por agentes del Estado.
A juicio de Gloria Elgueta, "no va a haber ningún tipo de reparación y, sobre todo, ningún tipo de encuentro de la comunidad que constituye este país, si no existe verdad y justicia respecto del pasado y del presente. Este es el principal desafío histórico de esta Constitución y de los procesos sociales y políticos que estamos viviendo".
Tras finalizar la presentación, en su mayoría, los convencionales agradecieron el trabajo de Londres 38 y adhirieron a los planteamientos críticos respecto de la justicia transicional y las deudas en materia de Derechos Humanos, asimismo, solidarizaron con las luchas que apoyan en este espacio de memorias.
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