Este miércoles 4 de diciembre, el Consejo Regional del Gobierno Regional metropolitano aprobó (con solo dos abstenciones y ningún rechazo) el financiamiento del 50% faltante de las obras de restauración de la casa de Londres 38, espacio de memorias (el otro 50% lo financiará SUBDERE, Subsecretaría de Desarrollo Regional). Reconocemos este hito histórico para Londres 38 y relevamos los casi quince años de esfuerzo sostenido para dar este paso, tanto de las instituciones públicas que participaron como de nuestra organización.
Pero nuestra celebración se empaña debido a que el martes 3 de diciembre recibimos la lamentable noticia de que nuestras compañeras y compañeros del Sitio de Memorias de José Domingo Cañas deberán cerrar sus puertas en diciembre por falta de financiamiento, siendo ésta la primera vez, luego de décadas desde que se inició una lucha por la recuperación de ese centro que fue lugar de torturas y desaparición forzada.
Hemos hecho camino al andar, dando pasos también por las rutas que han abierto otras y otros, con esfuerzos de años de la sociedad civil organizada instalando la necesidad de avanzar hacia una sociedad de respeto a los derechos humanos. Porque ese es el fin y necesitamos una política pública nacional que permita superar la incertidumbre y fragilidad de ese propósito; que no distraiga nuestra labor de instalar el sentido común de demanda y respeto a los derechos. No podemos estar en un estado de alerta permanente frente a los inminentes retrocesos.
Hoy, como Londres 38, espacio de memorias, hemos avanzado. Pero nuestro trabajo no es aislado y necesitamos de la labor de José Domingo Cañas y de los otros sitios, algunos de los cuales trabajan arduamente y sin financiamiento, con la convicción de avanzar hacia la transformación de la sociedad en una comunidad. Trabajamos en red, y realizamos esfuerzos mancomunados que multiplican una labor con recursos muy escasos. Cabe destacar que los recursos solicitados por José Domingo Cañas y los sitios no son significativos para el total del gasto fiscal (0,07%), son una porción menor de la ya precarizada destinación que recibe cultura (1,8%).
Nuestro recorrido tampoco ha sido fácil, y los quince años de trabajo -solo en este proyecto en particular, ya que la búsqueda de verdad y justicia se remontan a más de 50 años- lo demuestran. La incertidumbre que año a año debemos pasar ante la destinación de recursos demuestra la frágil voluntad política ante un tema que debiese ser basal. El terrorismo de Estado son una realidad que no podemos volver a permitir y la verdad, la justicia y la memoria son necesarias para garantizar estos elementos básicos de una convivencia democrática. Esa es nuestra labor. Nada más y nada menos. Entendiéndolo así, los organismos internacionales han establecido obligaciones estatales en la materia, y reconocido el rol fundamental de los sitios de memoria.
La restauración
Esta iniciativa comienza en el año 2015, en una segunda versión, ya que en el primer intento, estando listo el diseño, el proyecto no pudo ejecutarse debido a que fueron reasignados los recursos para la obra durante el año 2010. Es por esto, que con mucho esfuerzo para nuestra organización logramos que el 2015 el proyecto fuera nuevamente priorizado como iniciativa desde la Presidencia durante el gobierno de Michelle Bachelet, con el financiamiento del Gobierno Regional y la Subsecretaría de Desarrollo Regional, con el Ministerio de Obras Públicas como unidad técnica, la colaboración activa del Centro Nacional de Conservación y Restauración, el Ministerio de Bienes Nacionales, el Consejo de Monumentos Nacionales, y el Ministerio de Desarrollo Social, y con nuestra participación en todas las etapas.
En todo este tiempo logramos superar muchos obstáculos y desafíos: la etapa de diseño incluida la licitación respectiva, y las aprobaciones en las instancias correspondientes. Tuvimos grandes dificultades con la Dirección de Obras Municipales en las que debió intervenir el Consejo de Monumentos Nacionales, institución que ha apoyado y reconocido la importancia del proyecto desde el inicio.
Esperamos que este proyecto marque un precedente en un contexto donde, hasta la fecha, es el primer sitio de su tipo recuperado por el Estado. En él se contempla la adecuación a normas y estándares actualizados, así como también la necesidad de ejecutar todos los estudios asociados a su cualidad de centro de detención y exterminio, tomando como referencia la experiencia argentina. Además, se ha incluido una museografía pertinente para poder cumplir con los objetivos de la institución y su misión, asociada a diversas líneas de trabajo como las visitas al sitio, la investigación histórica, la difusión, y el archivo, entre otras.
El estándar propuesto incluye la recuperación arqueológica de huellas culturales del periodo represivo, la infraestructura necesaria, las condiciones normativas de habitabilidad, seguridad, accesibilidad universal y museografía precisa para la experiencia de las personas que lo visitan, como parte de una gestión que considera diversos servicios que se prestan a la sociedad, a sus comunidades, territorios y establecimientos educacionales.
Desde la apertura de la casa en el año 2011 la participación de las personas ha crecido exponencialmente. Más de veinte mil personas llegan anualmente a Londres 38, a las diversas actividades. Con este proyecto, proyectamos un crecimiento debido a que, en la actualidad, el estado del edificio ha obligado limitar el acceso a sus espacios debido al riesgo que supone para los y las visitantes.
Esperamos que este logro no sea un evento aislado; tanto para Londres 38 -que por nuestra propia experiencia sabemos que en ausencia de una política pública el futuro de nuestra labor no se encuentra garantizada-, como para sitios tan emblemáticos y con una trayectoria tan importante como José Domingo Cañas, cuyo cierre esperamos el Estado pueda revertir a la brevedad. Esperamos también que estos avances impulsen una política que permita el rescate de todos los sitios de memoria, pues son el reflejo de una política represiva de Estado que se extendió por todo el país y que debe ser recordada para comprenderla, prevenirla y contribuir a que nunca se repita.
Imágenes: Gobierno de Santiago