Una nueva campaña por el cierre de la Escuela de las Américas de Estados Unidos, que por décadas ha formado en técnicas de represión a militares que han participado en golpes de Estado, han iniciado organizaciones humanitarias de México, Guatemala, Honduras, Colombia, El Salvador, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, República Dominicana, Argentina, Ecuador, Brasil, Perú, Estados Unidos y Chile.
Mientras el Observatorio de la Escuela de las Américas (SOAW, en inglés) levanta nuevas peticiones al gobierno de Barack Obama para la clausura de este centro de formación castrense, en Chile, el ministro de Defensa Jaime Ravinet defendió el envío de militares a las aulas por las que antes pasaron los ahora recluidos Manuel Contreras, Eduardo Iturriaga Neumann y ex oficiales como Álvaro Corbalán Castilla, todos condenados en múltiples procesos por crímenes y desapariciones forzosas de personas.
"La Escuela de las Américas no es lo que fue: ha habido una gran evolución en esta materia y muchos lamentablemente siguen atados a los fantasmas del pasado", dijo el ministro del gobierno del derechista Sebastián Piñera. El ex dirigente DC agregó que "para nosotros la participación de soldados chilenos en programas de training con Estados Unidos es muy importante y lo vamos a seguir haciendo".
Centenares de los graduados en la Escuela de las Américas han sido acusados por tribunales de países de América Latina de haber usado la tortura como práctica sistemática y de ser responsables de asesinatos políticos y de desapariciones. Un alto porcentaje de estos represores goza de completa impunidad en el continente.
Además de las técnicas de inteligencia que adquieren en las Escuelas de las Américas, los militares participan en ejercicios de estrategias de control de la población, así como de desestabilización de regímenes "enemigos". Por eso, no es extraño que muchos de ellos, como recientemente en Honduras el general Romeo Vásquez, han encabezado golpes de estado contra gobiernos democráticos.
La Escuela de las Américas funcionó hasta los años 80 en el Canal de Panamá y actualmente es conocida como el Instituto del Hemisferio Occidental de Cooperación de Seguridad (Whinsec), desde donde siguen egresando militares especializados en técnicas de torturas.
En un comunicado difundido por el Observatorio de la Escuela de las Américas, este organismo manifiesta su preocupación por la creciente militarización del continente, que se ha traducido en el aumento de las bases militares extranjeras, la puesta en marcha de la Cuarta Flota de la Armada de los Estados Unidos que patrulla los mares de la región y la militarización de la ayuda humanitaria en Haití, entre otras expresiones.