La actividad, que tuvo como eje una velatón, fue convocada por el Comité por la Justicia para Manuel Gutiérrez y organizaciones ciudadanas locales de Ñuñoa y Macul.
Londres 38, espacio de memorias, adhirió a la campaña que busca poner fin a la impunidad en éste y otros crímenes y que además se propone respaldar cambios en la justicia militar.
La impunidad en los crímenes cometidos por agentes del Estado no es nueva, lo que hace necesario seguir luchando contra ella. No se trata sólo de la impunidad que viene del pasado reciente, cuando la dictadura militar ejerció el terrorismo de Estado y donde Londres 38 fue parte de una cadena de centros de exterminio, sino que se trata de una impunidad que reaparece cada cierto tiempo, incluso en crímenes cometidos en democracia.
Así ha sucedido con los asesinatos de jóvenes líderes indígenas como Alex Lemún y Matías Catrileo, entre otros, la desaparición de José Huenante en el 2005 y ahora hace seis meses con el joven Manuel Gutiérrez.
Gerson Gutiérrez, hermano de Manuel, convocó a que todos los días 25 de cada mes se realicen actividades contra la impunidad, hasta conseguir que la justicia condene a los responsables de este crimen.
Carabineros reconoce su responsabilidad
Carabineros admitió su responsabilidad en el crimen de Manuel Gutiérrez, tras eludirla por varios días, y nueve efectivos policiales fueron dados de baja, entre ellos el autor material de los disparos, el ahora retirado sargento Miguel Millacura. Pese a que crecientes sectores pidieron que la cadena de mando asumiera su responsabilidad, así como la autoridad política, la situación se zanjó con el llamado a retiro al segundo jefe de la Zona Metropolitana de Carabineros, general Sergio Gajardo. Este oficial se había negado a realizar una investigación interna en sus unidades y aseguró que no había responsabilidad policial en el crimen del joven de Macul. La cadena de mentiras sobre los hechos ocurridos la noche del 25 de agosto quedó al descubierto, y se supo que el oficial al mando en la comisaría ocultó que el sargento Millacura había hecho uso de su subametralladora UZI.
El director de Carabineros, general Eduardo Gordon, dejó su cargo dos días después, pero sólo cuando fue publicado que carabineros habían alterado un parte de un choque en que estuvo involucrado uno de los hijos del alto oficial. Gordon nunca asumió su responsabilidad de mando en el asesinato de Manuel Gutiérrez, argumentando que estaba con licencia médica al momento de los hechos. El problema, como se sabe, tiene que ver con los procedimientos, instrucciones y normas que rigen las acciones policiales ante la protesta social.
Las denuncias de abusos policiales se multiplican, decenas de videos que circulan en internet muestran la violencia con que son reprimidos los manifestantes. Torturas y golpizas en los buses policiales, el violento allanamiento en la población La Victoria o el uso de perros en la represión contra manifestantes que actúan pacíficamente está acreditado con documentos audiovisuales.
Policía militarizada
Chile es uno de los pocos países occidentales que tiene una policía militarizada, cuyos efectivos al momento de cometer un delito son pasados a la Justicia Militar, donde reciben un trato preferencial. El carácter militar de la policía se acentuó durante la dictadura y decenas de sus efectivos participaron en ejecuciones sumarias o en los aparatos represivos encargados de llevar adelante las políticas del terrorismo de Estado. Hace menos de cinco años, Carabineros pasó del Ministerio de Defensa al Ministerio del Interior.
Más de una decena de personas han muerto en estos años de democracia a manos de carabineros, la mayoría de ellos jóvenes mapuche que luchaban por la recuperación de tierras. Todos los responsables de estos crímenes están en libertad. La impunidad se arrastra desde los tiempos de la dictadura.
La plena vigencia de la justicia y el debido proceso serán posibles si se pone término a la jurisdicción militar sobre los delitos cometidos por las Fuerzas Armadas y Carabineros contra la población civil.