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Fallece el obispo Carlos Camus, férreo defensor de los derechos humanos

Publicado el 19 de marzo de 2014

El obispo católico Carlos Camus falleció el domingo 16 de marzo, a los 87 años de edad, y dejó una profunda enseñanza en la lucha por la defensa y promoción de los derechos humanos. Fue un destacado precursor del Comité Pro Paz, entidad ecuménica organizada por distintas iglesias solo unas semanas después del golpe cívico militar de septiembre de 1973. Ya entonces su nombre corría de boca en boca como un defensor -y muchas veces protector- de los perseguidos y reprimidos por la dictadura militar.

Obispo Carlos Camus

Cuando la dictadura presionó por el término del Comité Pro Paz, acogió con entusiasmo la idea de que la Iglesia Católica -de la que era sacerdote desde septiembre de 1957- creara la Vicaría de la Solidaridad, para la defensa de los derechos humanos, poner un dique a la represión y dar asistencia a los familiares de las víctimas.

Por entonces ya era obispo, uno de los más jóvenes, ordenado a los 41 años de edad. Entrevistado para el Archivo Audiovisual de Londres 38, espacio de memorias, el obispo Camus relató con detalles su participación en el episodio producido a mediados de 1974, cuando el Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea (SIFA) -por órdenes directas del entonces integrante de la Junta Militar, general Gustavo Leigh- buscó "negociar" la rendición del MIR. El obispo Camus y Laura Allende -hermana de Salvador Allende- fueron contactados por la organización revolucionaria para conocer los detalles la iniciativa de la FACh y constatar el estado de los prisioneros miristas que en ese momento estaban en manos de la SIFA.

Aunque la propuesta fue rechazada por la dirección del MIR y por los propios prisioneros de la FACH, el obispo Camus y algunos de los dirigentes clandestinos de la resistencia pudieron conocerse, intercambiar ideas y generar un profundo respeto mutuo.

Su firme defensa de los derechos humanos concitó la animadversión de la dictadura, los organismos represivos lo vigilaron y hostigaron. Altos personeros dictatoriales, incluido el propio general Augusto Pinochet, presionaron a la jerarquía de la Iglesia Católica para sacar a Camus de las actividades que realizaba junto a las familias de las víctimas de la represión. Esa fue una de las razones por las que en 1976 es asignado a Linares, al sur de Chile.

En Linares, Talca, Chillán y otras ciudades y pueblos de la región conoció de cerca la forma en que la represión golpeó al mundo rural y campesino, así como la complicidad entre la DINA y la Colonia Dignidad. Tempranamente supo de cómo ese predio alemán fue usado para reprimir a los campesinos de la zona y recogió testimonios de su uso como centro de exterminio. Su voz de denuncia sobre estos crímenes fue pionera; calificó como "una vergüenza para Chile" que existiera un lugar que no estaba sujeto a las leyes nacionales.

Al término de la dictadura, Camus permaneció en el sur, pero ahora denunciando los abusos que se cometían al interior de la Colonia Dignidad contra niños y niñas, la mayoría de ellos hijos de campesinos de la región.

Aunque su sacerdocio lo ejerció sobre todo en regiones como Valparaíso, Santiago y Linares, también ocupó cargos como la secretaría de Conferencia Episcopal de Chile y en la Conferencia Episcopal de Latino América (Celam), espacios que le sirvieron para replicar las denuncias por los atropellos a los derechos de las personas.

Entrevista
realizada al obispo Carlos Camus el 9 de junio de 2011, para el Archivo Audiovisual de Londres 38, espacio de memorias:

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