Muriel Dockendorff
El máximo tribunal, en una decisión dividida, rebajó sin embargo las penas a los procesados, acogiendo una petición de su defensa de aplicar el principio de media prescripción, sobre la base del tiempo transcurrido desde la comisión del delito. En ese contexto, el tribunal condenó a solo ocho años de prisión al general retirado Manuel Contreras, ex jefe de la DINA, quien acumula cerca de 400 años de prisión tras ser condenado en decenas de juicios por violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad.
A la misma pena fueron condenados el brigadier Miguel Krassnoff y el coronel Marcelo Moren Brito, que acumulan condenas por más de 200 años, mientras los ex agentes Basclay Zapata Reyes, Gerardo Godoy García y Orlando Manzo, este último un coronel de Gendarmería recibieron una pena de seis años. En primera instancia, el juez especial Alejandro Solís había condenado por este caso a quince años de prisión a Contreras, Krassnoff y Moren Brito y a diez años y un día a los demás, penas que habían sido ratificadas por la Corte de Apelaciones de Santiago.
La Corte Suprema confirma así una tendencia judicial que limita las condenas a un pequeño grupo de ex agentes de la represión, quienes además reciben condenas reducidas.
Muriel Dockendorff fue detenida junto a su marido, Juan Molina Manzor, quien logró sobrevivir y permaneció preso hasta el 17 de junio de 1975, cuando fue expulsado de Chile. Ese mismo año, el nombre de Muriel fue incluido en la llamada"Operación Colombo", consistente en un montaje de la DINA, en conjunto con las policías secretas de Argentina y Brasil, para encubrir la desaparición de 119 presos políticos, en su mayoría miembros del MIR.