El comandante en jefe del Ejército, general Humberto Oviedo ha dicho a un canal de TV que "ha sido sistemática la necesidad de actuar con las autoridades de justicia para entregar la información que esté disponible en el Ejército. Distinto es aquellas personas que están en condición de retiro que por efectos de su defensa y conforme a la ley se los permite, puedan entregar o no los testimonios que ellos estimen conveniente. Pero eso no es un pacto que tenga la institución y menos con ellos, sería irresponsable y además que no se podría".
Es muy grave que el jefe del Ejército justifique la persistente negativa a colaborar de los acusados por violaciones a los derechos humanos aludiendo al "derecho a defensa", y niegue la existencia del "pacto de silencio" que involucra a represores y cómplices, el cual ha quedado acreditado en diversas declaraciones judiciales, como la del ex subprefecto de Investigaciones, Eugenio Fieldhouse, quien señaló que al ingresar en la DINA debieron firmar un documento mediante el cual se "comprometían a no entregar ningún tipo de información respecto a lo que viéramos o escucháramos en DINA (…) y de no cumplirlo sería estimado como una traición, y que la sanción en caso de no cumplirlo sería la muerte".
Es inaceptable, igualmente, que el comandante en jefe del Ejército niegue la existencia de archivos secretos a los que la justicia no ha tenido acceso, y cuya existencia ha quedado demostrada en diversos procesos judiciales y testimonios que dan cuenta de la práctica habitual en las unidades militares que fueron usadas como centro de detención, de dejar registros de los hechos, los mandos y personal involucrado en las operaciones represivas. Es más, ninguna de las ramas Fuerzas Armadas ha entregado nunca documentos o archivos vinculados a la represión; nunca ha existido cooperación castrense para investigar estos crímenes.
Reconocer -41 años después- que hubo crímenes es absolutamente insuficiente si ello no está acompañado de acciones que apunten a conseguir verdad y justicia, más aún cuando todavía es posible y la mayoría de estos delitos y sus hechores están en la impunidad. El tiempo se reduce y la sociedad debe impedir que se imponga la "impunidad biológica" y que el "pacto de silencio" de los represores prime por sobre la justicia.
Es por ello que solicitamos:
- Que el Ejecutivo exija al comandante en jefe del Ejército una aclaración de sus declaraciones y la realización de un llamado a todos los militares, en servicio activo o en retiro, a colaborar eficazmente con la justicia.
- Que las organizaciones políticas con representación en el Parlamento contribuyan en la búsqueda de la verdad y la justicia pendientes, a través de la modificación de leyes que amparan la impunidad, como el secreto por 50 años establecido a los archivos construidos por las dos Comisiones sobre Prisión Política y Tortura.
- Que el Ejecutivo destine recursos y legisle si es necesario para que la justicia y los organismos auxiliares de ésta cuenten con los medios para llevar adelante investigaciones acuciosas de los crímenes. Ello implica, por ejemplo, indagar toda la información disponible sobre fosas y entierros que existen en la ex Colonia Dignidad, que fue usado como centro de tortura y exterminio, así como de acopio de información para reprimir, como lo demuestra el Archivo de Colonia Dignidad recientemente hecho público por Londres 38, espacio de memorias.
- Que todos los organismos del Estado entreguen a la justicia acceso a los archivos vinculados a la represión. Es necesario tomar medidas concretas y conducentes a romper el "pacto de silencio" suscrito por los represores.
Londres 38, espacio de memorias reitera, como lo señaló en el "Compromiso por la Verdad y la Justicia" publicado en junio pasado: "Luchar contra la impunidad del pasado es también contribuir a la justicia en el presente ya que aquella es el precedente de las formas actuales de impunidad. Esta demanda constituye un imperativo ético y político que no debe ser ignorado una vez más".
Londres 38, espacio de memorias
Santiago de Chile, septiembre de 2014.