Presentación
Era un grito colmado de rabia, de pena, dolor, frustración; un grito contra un sistema de pensiones que tiene a adultxs mayores eligiendo entre un plato de comida y una receta, el de quienes lamentaron la partida de un familiar mientras esperaban un llamado para atención médica ante las eternas listas de espera, el de lxs endeudadxs del CAE, el de quienes aún buscan a sus amigxs y familiares detenidxs, desaparecidxs y ejecutadxs políticos por la dictadura. Un grito contra el SENAME, la colusión de pollos, farmacias, por el enriquecimiento ilícito de carabineros, militares, empresarios y políticos que acumulan billetes mientras otrxs se las ingenian para llegar a fin de mes.
Pero también era un grito de un amor que se construyó en las calles, entre todos esos rostros que se encontraron en una misma lucha, la lucha por la dignidad. Porque si algo logró la revuelta popular fue encontrarnos. Unirnos en las calles, en las ollas comunes, los cabildos, en encuentros artísticos, comiendo, bailando, cantando, protestando contra el fin de un sistema reproductor de desigualdades.
Esta muestra, resultado del concurso fotográfico sobre la Revuelta Social organizado por Londres 38 en el año 2020 nos invita a transitar otra vez esas escenas donde el fuego, la música y los cuerpos convivieron en medio de las balas, el aire denso y cientos de manos desconocidas que se extendían para brindar un vaso de agua, una palabra de aliento o el más rápido de los accionares para poner a salvo la vida. Escenas que nos invitan no solo a rememorar, sino que también a preguntarnos por las significaciones y sentipensares de este hecho a la luz del presente y de los procesos sociales y políticos post- revuelta.
Cuatro años han transcurrido entre relatos de épica combativa y criminalización; declaraciones reivindicatorias, cuestionadoras e incluso negacionistas se escuchan hoy en los discursos políticos, en la opinión pública, en las redes sociales y en los medios de comunicación oficiales y contrahegemónicos.