Por Antonia Lira Vásquez para Londres 38, espacio de memorias*
En el campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile, este año surge un electivo creado en conjunto con el Plan Nacional de Búsqueda de Detenidos Desaparecidos durante la dictadura civil militar. Estudiantes de la carrera de periodismo de diferentes años se han sumado a esta iniciativa con la finalidad de investigar y construir un perfil para 32 víctimas de desaparición forzada. El objetivo es claro: buscar la verdad y restituir la memoria.
Es martes 06 de agosto, el inicio del segundo semestre para los estudiantes del campus. Hoy comienza un electivo que capta la atención por su nombre: "Trayectorias de víctimas de desaparición forzada en Londres 38. Contribuciones a la verdad y justicia". Ingreso a la sala Luis Durán, de la Facultad de Comunicación e Imagen (FCEI), y su nombre ya otorga un tono de reflexión dado que Luis Durán fue un estudiante de periodismo desaparecido por la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) durante la dictadura liderada por Augusto Pinochet.
Al elegir mi asiento, observo a mi alrededor: solo percibo caras desconocidas, pero el hecho de estar aquí en el mismo lugar ya nos conecta. La sala se encuentra llena, con más de 35 personas, y los profesores, con gratitud e impresión en sus rostros, nos observan y expresan la emoción que sienten al estar allí. Comienzan a explicar la metodología y los objetivos del curso. Nos plantean la necesidad de visibilizar y construir una parte de la historia de quienes fueron detenidos y desaparecidos forzosamente. De forma detallada, nos informan que deberemos realizar una investigación previa, leer expedientes y documentos que serán otorgados por Londres 38, espacio de memorias, y posteriormente elaborar un perfil periodístico de las víctimas.
Es importante tener en consideración que será necesario complementar este trabajo con otras fuentes de información para reunir la mayor cantidad posible de documentación y material relevante sobre cada persona. En esa instancia me pregunto, ¿de dónde surge esta iniciativa? Y es aquí donde nos explican que resulta de un acuerdo entre la Universidad de Chile y el Plan Nacional de Búsqueda. Esta propuesta es una de las iniciativas más consolidadas de la universidad, pues su propósito es restituir historias de vida y memoria, en un contexto donde, a la fecha, no han surgido proyectos políticos eficientes para ello, ni garantías de no repetición. Un compromiso con la verdad y la memoria.
Los docentes destacan la existencia de un acompañamiento psicológico durante todo este trabajo. Son conscientes de la importancia de elementos relacionados al autocuidado para poder restituir las historias, sin que el proceso nos abrume emocionalmente. En la sala se puede percibir una mezcla de entusiasmo, responsabilidad y nostalgia. Es un tema que abarca muchas emociones, y ser parte de esta iniciativa nos marca profundamente. Al finalizar la clase, siento el deseo de llamar a mi madre, pues este tema se encuentra muy presente en mi familia, y poder ser parte de ello se hace aún más especial. Mi madre, al escuchar la iniciativa, se siente orgullosa de que, aun siendo parte de una generación más nueva, tengamos ese interés por la historia, la memoria y los derechos humanos del país. Colgamos llamada, y me quedo expectante frente a los siguientes pasos a realizar para este trabajo. El viaje hacia la verdad.
Es martes 13 de agosto, el reloj marca las 11:00 de la mañana y me dirijo a la segunda clase del electivo, que comienza a las 12:00. Tomo el bus 516 Las Parcelas, muy cerca de la estación Baquedano. El recorrido que realizo es de aproximadamente media hora hasta mi universidad ubicada en la comuna de Ñuñoa, a unos diez minutos del metro Estadio Nacional. Me bajo del bus y camino por la Avenida Grecia hasta llegar a la aglomerada entrada del Campus. Sigo caminando por otros cinco minutos hasta llegar al "cenicero", un lugar emblemático de mi facultad que funciona como un punto de encuentro entre los estudiantes. Aunque nunca he sabido con certeza por qué tiene ese nombre. Hoy la clase se realiza allí. Tomo asiento y escucho a la profesora explicar las razones y motivaciones detrás de la creación de este electivo. Posteriormente, nos entrega una hoja tamaño carta que contiene una nómina con 32 nombres de detenidos desaparecidos. Debemos elegir un nombre para comenzar a recopilar información y reconstruir la historia arrebatada de esa persona.
La importancia de la memoria
Con la lista en mis manos siento el peso de la responsabilidad que estamos asumiendo. Son las 12:45, y me surge la duda del porqué las personas a mi alrededor están tan interesadas con este tema. A mi derecha está Pía Hernández, estudiante de tercer año de periodismo, quien inmediatamente comparte conmigo que su motivación nace desde su infancia. "Desde muy pequeña, la memoria ha estado presente en mi vida, pues mi abuelo y su hermano fueron torturados y detenidos desaparecidos. Para ellos nunca llegó la justicia y desde allí nace mi elección. Desde un deseo de querer contar historias que no están en ningún lado", me relata su historia con una profunda convicción y noto que el proyecto le genera un atisbo de esperanza ya que podrá aportar no solo a su familia, sino que también a otras que han vivido la pérdida de un ser querido producto de la detención forzada.
El sentimiento de propósito y compromiso se refleja también en sus compañeros. A su lado, Gaspar Contreras y David Meza coinciden en que su elección del curso responde a una motivación de enriquecimiento tanto periodístico como profesional. Ambos desean conocer a cada uno de los nombres que se encuentran en la nómina, no solo como cifras o víctimas. sino como personas con historias propias. Su interés y entusiasmo con el tema es notable. Un entusiasmo que también se refleja en Milena Adrian, quien se encuentra a la izquierda de ellos. Ella, también estudiante de tercer año, subraya: "Me interesan mucho los temas de construir verdad sobre las violaciones a los derechos humanos en dictadura. A pesar de que a algunos no nos afecta directamente como personas, sí nos afecta como sociedad, y emocionalmente es muy fuerte que, 50 años después aún no se sepa toda la verdad ni que se hayan encontrado los cuerpos. Lo encuentro horrible e injusto".
La sensación de injusticia que perdura en estos temas se intensifica al escuchar las motivaciones y reflexiones de mis compañeros, siento una profunda gratitud por estar contribuyendo a la verdad y justicia de las víctimas de desaparición forzada en Londres 38, puesto que generacionalmente este es un tema que no siempre es común entre nosotros, y saber que estamos dispuestos a aportar a este Plan de Búsqueda y a devolverles su historia que les fue arrebatada. El trabajo que tenemos por delante será significativo para la memoria, pero también es una oportunidad de contribuir a personas que fueron víctimas de desaparición forzada y cada nombre representa una historia que merece ser contada y restituida.
Son las 13:25, la jornada ya termina y mientras guardo mis cuadernos me preparo para la próxima clase y siento una profunda conexión con las personas de mi alrededor y con el proyecto, pues me hace recordar de que, aunque el pasado ya no puede modificarse, la verdad siempre debe ser buscada para implementar medidas de reparación y garantías de no repetición.
* Antonia Lira Vásquez es estudiante de cuarto año de la carrera de Periodismo en la Universidad de Chile y practicante del área de Comunicaciones de Londres 38, espacio de memorias.
