Tomás García Álvarez
Periodista en práctica
En septiembre de este año se cumplirán 13 años desde que Cecilia Huenante vio a su hijo por última vez. En 2005, José se encontraba en un terreno baldío en la localidad de Los Muermos, en Puerto Montt, bebiendo y conversando con sus amigos. Allí, una patrulla de Carabineros de Chile los alertó y los persiguió, lo que terminó con la desaparición de José Huenante.
Las indagatorias iniciales involucraron al Sargento Juan Ricardo Altamirano Figueroa, el cabo primero Patricio Alejandro Mena Hernández y el cabo segundo César Antonio Vidal Cárdenas. En 2010, la justicia los imputó por el delito de sustracción de menores, pero más tarde fueron reintegrados a la institución.
Un año después, a través de una carta dirigida al presidente Sebastián Piñera, el colectivo Londres 38 llamaba al gobierno a investigar el caso. En la respuesta a la misiva se indicó el suceso como una "presunta desaparición" y que los avances de la investigación se entregarían "dependiendo de la evaluación que se realice del caso", teniendo como responsable al Ministerio del Interior y Seguridad Pública.
Al desarrollarse la investigación bajo el alero de la Justicia Militar, que mantiene en secreto gran parte de los procedimientos y supedita la justicia a las doctrinas castrenses, la familia mantuvo el anhelo de retomar por otros canales la investigación y alcanzar verdad y justicia.
Tras una larga espera, la Corte Suprema ordenó el pasado 22 de junio que el caso sea tomado por la justicia ordinaria, permitiendo así revisar el proceso que aún no determina la real responsabilidad de Carabineros, ni tampoco ha posibilitado encontrar el cuerpo del joven mapuche.
Cecilia Huenante, madre de José, conversó con El Ciudadano en donde se manifestó "muy esperanzada" por los avances en la investigación que pueda emprender el Ministerio Público.
"Siempre hemos pedido como familia a los carabineros que estuvieron esa noche (3 de septiembre de 2005) que se pongan una mano en el corazón y, por la consciencia, puedan decir la verdad. Ellos tienen hijos, y si les pasara algo a ellos no se iban a quedar tranquilos. Quiero que ellos hablen y digan la verdad, de una vez por todas, porque se van a cumplir 13 años desde que ocurrió la desaparición de mi hijo", dijo Huenante.
Por su parte, Marcos Emilfork, fiscal regional, aseveró que el caso debe ser asumido con rigurosidad por la gravedad que implica. "Nosotros creemos, como Fiscalía, que se trata de un caso de la mayor importancia, que merece ser resuelto", afirmó Emilfork.
Durante los próximos meses se desarrollará una nueva audiencia para revisar el caso, y en el mes de agosto se llevará a cabo la reconstitución de escena que, según indica la familia, esperan sea realizada por el persecutor Patricio Llancamán, que es quien lleva la causa y ha solicitado el máximo de recursos para dar respuesta a 13 años de silencio e incertidumbre.
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