Luego de una primera aproximación, los jóvenes volcaron en un mapa más grande cada uno de los casos o experiencias para construir, colectivamente y a través del diálogo, un mapa de historias y memorias del territorio que su ubica en la zona sur de Santiago.
Poco a poco el mapa de la comuna fue llenándose de marcas relacionadas con el recuerdo de algún hecho represivo durante la dictadura (militantes asesinados, por ejemplo) señalando también sectores ligados a la resistencia. Realizaron también ejercicios de memoria sobre la represión y las luchas recientes, como el recuerdo de marchas realizadas en Puente Alto durante las movilizaciones estudiantiles del 2011, la instalación de una nueva comisaría en el sector y las operaciones represivas en contra de jóvenes movilizados residentes de la comuna, entre ellos Camilo Díaz y Víctor Montoya.
Asimismo, los y las participantes visibilizaron en el mismo mapa ciertas problemáticas de carácter social ligadas a la salud, vivienda, contaminación y otros conflictos actuales. Temas como el tráfico de drogas y el "adormecimiento social", la falta de atención médica digna y oportuna en el Hospital Sótero del Rio, el rol del centro psiquiátrico El Peral, la instalación de antenas de celulares y la presencia de zonas industriales ligadas a las familias más ricas y poderosas del país, emergieron en el taller y generaron debates y reflexiones entre los participantes.
La interacción y el diálogo desarrollado en torno al mapa permitió observar que estos talleres facilitan la generación de procesos de reflexión colectiva en torno a la memoria, pero también pueden gatillar otros, a través del fortalecimiento de los lazos comunitarios, la identificación de una historia común y la visibilización de conflictos actuales en la comuna y sus poblaciones.