Como se ha establecido judicialmente, este organismo contó para ello con todos los recursos logísticos, financieros y de personal necesarios para imponer el terror y con la más completa complicidad de los demás poderes del Estado chileno -incluido el Poder Judicial- y de la prensa.
La represión masiva e indiscriminada iniciada en septiembre de 1973, en todo el territorio nacional, dio paso a partir de abril de 1974, a la estrategia de desaparición forzada. En ese contexto Londres 38 adquiere una importancia central.
Conocido en la jerga militar como el Cuartel Yucatán, este centro de detención fue el primer eslabón de una cadena de recintos de reclusión ubicados en la Región Metropolitana, que incluyó a otros tres centros clandestinos (Villa Grimaldi, José Domingo Cañas y el recinto ubicado en calle Irán n° 3037), utilizados por la DINA en su ofensiva represiva en contra del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), primero, y de otras organizaciones de la izquierda chilena, como el Partido Socialista (PS) y el Partido Comunista (PC), más tarde.
En diez meses, en esos cuatro principales recintos clandestinos fueron hechos desaparecer y/o ejecutados más de 219 prisioneros, en su mayor parte miembros del MIR, cifra equivalente al 40 por ciento de las estructuras de esa organización existentes al comienzo del año 1974 en Santiago. Esta fue una de las ofensivas represivas más intensas de la Dina.
En Londres 38, un número aún no determinado de personas permaneció detenido y fue sometido a torturas y, hasta donde se ha podido establecer, desde allí la DINA hizo desaparecer o ejecutó a 98 personas.
Este lugar, conocido por muchas y muchos militantes de izquierda, en tanto había sido sede del Partido Socialista durante el gobierno de la Unidad Popular, fue rápidamente reconocido por las personas detenidas quienes encontraron formas de entregar la dirección a familiares, abogados del Comité Pro Paz y organismos internacionales, por lo que al conocerse su ubicación, la dictadura cambió la numeración original que designaba al inmueble, por el número 40. Así, las numerosas denuncias realizadas comenzaron a apuntar, a partir de ese momento, a una dirección inexistente.